LAS EXPOSICIONES CANINAS EN EL PUNTO DE MIRA ANIMALISTA © Eduardo De Benito Si la ciencia ficción es la especulación sobre acontecimientos que se desarrollan en un futuro imaginario, el presente sería un ejercicio de ficción, pero es una realidad que amenaza al mundo del perro. Las exposiciones caninas, y la propia cinofilia, son un fenómeno cultural que habrá desaparecido en poco más de medio siglo. Decidí escribir este tema tras leer varios comentarios de expositores caninos que lamentaban haber coincidido con los cazadores en la manifestación contra la Ley de Protección de Derecho de los Animales. Me sorprendió ver como un sector de la cinofilia era ignorante del peligro que se cierne sobre su afición e insolidario con otros colectivos sometidos a la misma amenaza. El “Canis familiaris”, nuestro perro doméstico, ha convivido con la sociedad humana durante los últimos treinta mil años, como perro de compañía, de guarda, de guerra, de pastoreo, de caza… y solamente 160 años como perro de exposición, sujeto de ese divertimento que hemos llamado cinofilia. En la segunda mitad del siglo XIX, los fundadores de los clubes caninos, comienzan a especular sobre la idea de “raza canina”. Transcienden la concepción de especie a la de “raza” como tipo morfológico y comportamental. Hoy sabemos que aquel concepto de “raza canina” fue en gran medida fantasioso y carente de un método riguroso y, por lo tanto, científico, pero tuvo un éxito innegable. Hay que remontarse a 1859 en Newcastle-upon-Tyne para encontrar la primera exposición de perros del mundo. Acababa de nacer la cinofilia. Y la cinofilia desde su nacimiento se dividió en dos categorías. La primera son las exposiciones caninas, donde se busca el perro estéticamente perfecto respecto a un estándar, y para conseguirlo se actúa sobre su morfología tanto externamente (peluquería, amputaciones) como mediante la selección genética. En la otra, a los usos tradicionales, como la caza, el pastoreo y la guardería, se agregaron otras nuevas agility, freestyle, salvamento, perro de avalancha, animales de trabajo en las que el cumplimiento del estándar racial es secundario. Desde entonces la relación con el perro se establece de tres maneras: 1.-PASIVA: es la más elemental, su compañía, perro de familia, donde no importa si es o no de raza. Única aceptada por el animalismo, pero aun así con fuertes restricciones. 2.- FUNCIONAL: los perros empleados en la caza y en los deportes con perro, donde la pureza racial tiene un interés relativo, no importa la perfección respecto al estándar si el animal trabaja bien. 3.- ESTÉTICA: es necesario poseer un perro de raza con un grado excelente de conformación física en relación a su estándar, resultado de una selección extrema, para competir con otros propietarios que quieran confrontar en un ring con sus perros. Y es en esta tercera categoría donde aparecen primero las críticas que en el futuro acabarán prohibiendo las exposiciones caninas. ¿Es ético utilizar y manipular físicamente a un ser vivo para nuestra satisfacción? ¿Moralmente se debe tolerar que hayamos convertido el perro en un objeto de exhibición? Puede que algunos aficionados aún no sean conscientes de esto, pero un sencillo ejemplo nos pone en aviso. En las últimas décadas hemos modificado la terminología que desde el nacimiento de la cinología empleábamos. Ya no se usa el término “belleza” sino “conformación al estándar”, ya no se habla de “perros de lujo”, sino de “perros de compañía”. En los próximos años las exposiciones caninas serán el centro de un debate sobre nuestro derecho moral a manipular genéticamente a la especie canina y exhibirla como un trofeo para satisfacer intereses personales y económicos. EL CAMBIO DE PARADIGMA CANINO ¿Cómo hemos llegado a este estado de cosas? Dejamos de alojar los perros en las cuadras para llevarlos a vivir a nuestro domicilio. Convertidos en compañeros, a fuerza de saludarlos, observarlos y acariciarlos decidimos que tenían personalidad, al igual que los seres humanos. Y les reconocimos una vida psicológica no tan diferente de la nuestra. Ellos sentían miedo, angustia, se deprimían o alegraban igual que nosotros. Empezamos a proyectar sobre el perro estado mentales y facultades intelectuales superiores, insistimos en las similitudes entre las capacidades cognitivas y emocionales de los hombres y los animales… y nació la psicología comparada. La brecha entre el reino humano y el reino animal se achicó hasta el punto de considerar al perro “lo suficientemente humano” para darle el estatus de “sujeto de derecho”. Este es el momento histórico en el que nos encontramos. Nuestra relación actual con los perros no tiene nada que ver con las de aquellos pioneros que crearon las exposiciones caninas en el siglo XIX. Según datos aportados por el Gabinete de Estudio de Censos 2021 ANFAAC viven en España 9.313.098 perros, de los cuales son de raza 285.051, según datos de la RSCE de inscripciones en el LOE en los últimos cinco años, lo que supone un 3,05 por ciento. Un número realmente insignificante. El 95% de los perros producidos en España provienen de una crianza fuera de la RSCE, lo que minimiza la importancia del perro de raza pura en la población canina española. El legislador tomará en consideración, en el momento de aprobar futuras leyes, ese 97 % de perros sin raza certificada frente al exiguo 3,05% mencionado. DEL TIPO AL HIPERTIPO. SALUD Y SUFRIMIENTO ANIMAL Hay catalogadas unas 600 enfermedades genéticas en los perros. Los animalistas denuncian que la creación de las razas a partir de unos pocos ejemplares y el uso masivo de un reducido número sementales campeones, hoy incrementado mediante la inseminación artificial, se presenta como el causante de la rápida progresión de enfermedades hereditarias. En su defensa las sociedades caninas afirman seleccionar las razas, pero en realidad únicamente lo hacen en lo concerniente a la conformidad con un estándar racial que ellas mismas han redactado. Las denominadas pruebas de conformidad, que pudiera pensarse que son una herramienta útil, solo validan el cumplimiento del estándar, pero no permiten juzgar la carga de enfermedades deletéreas, para retirar los perros afectados de los programas de cría. Frente a la denuncia de criar perros portadores de genes deletéreos realizadas por el lobby animalista la defensa esgrimida por las sociedades caninas es anodina, pues la selección que suponen las exposiciones caninas y pruebas de confirmación racial es realizada por criadores aficionados, que han superado un examen muy básico de juez canino, y no tienen formación científica real. El hipertipo, principal frente de batalla del animalismo contra el perro de raza, es la puerta por donde han empezado a entrar las prohibiciones. Si los hipertipos son la causa de patologías incapacitantes en el perro es una cuestión a determinar por la medicina veterinaria. Las enfermedades genéticas ya existían en las razas antes de la selección actual, pero la mayor longevidad de los perros y el enorme incremento de su número las ha hecho más visibles. En mi opinión el hipertipo es la finalidad natural y lógica de la selección racial dirigida a las exposiciones caninas. La etimología de la palabra griega “hyper” señala un grado superior al normal, que puede ser positivo, aunque la medicina le haya otorgado un carácter negativo por excesivo (como en hipertensión). En los últimos cien años la cinofilia ha trabajo en el perfeccionamiento del tipo en los perros, de modo que un pastor alemán o un bulldog inglés de 1922 apenas se parecen a uno de 2022. El varón español a mediados del siglo XIX medía 1,62 metros, hoy se sitúa la media en 1,80 metros. En ambos casos es el resultado de mejor sanidad, alimentación y ejercicio. Emparentar necesariamente “hipertipo” con “enfermedad” es la trampa creada por los animalistas y en la que las sociedades caninas han caído con ingenuidad. La batalla contra los hipertipos de la veterinaria es una lucha honrada por la salud animal, pero su utilización por lo animalistas es una poderosa arma contra la cinofilia. Amenaza acabar de golpe con todo el trabajo cinológico de los últimos 150 años. Eliminada la dificultad de obtener un tipo exigente en la morfología del perro se ha eliminado todo interés en su selección racial encaminada a las exposiciones caninas. Este caballo de batalla animalista apunta directamente a la línea de flotación de la cinofilia y cuenta con el apoyo de los poderes políticos y mediáticos. En 1995 la Convención europea para la protección de los animales de compañía consideró ya la posibilidad prohibir la cría de perros sustentada sobre criterios que puedan comprometer su bienestar. El problema es determinar a quién corresponde decidir cuál es el grado de bienestar. ¿A la medicina, a la política, al movimiento animalista? El resultado será muy distinto en cada caso. EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO El Síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que la víctima de secuestro desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador. La persecución del hipertipo ha sido aceptado mansamente por todas las sociedades caninas, incluida la FCI, permitiendo desde la prohibición en varios países de criar determinadas razas (¿genocidio canino?) hasta imponer modificaciones sustanciales en los estándares. El American Kennel Club dedica dos millones de dólares anualmente a la lucha contra las enfermedades hereditarias mediante su fundación “American Kennel Club Canine Health Foundation” y el Kennel Club inglés invirtió un millón de libras en la fundación de “BioMed Central” dedicada a la publicación de la revista online “Canine Genetics and Epidemiology” con becas sobre estudios relacionados con este tema. La RSCE no ha realizado ninguna inversión económica en el estudio y prevención de las taras genéticas, aunque los sujetos principalmente afectados son los perros que controla a través del LOE. Sería correcto si el tema se circunscribiera a la salud y la medicina veterinaria con criterios científicos, pero realmente los que mueven los hilos son los grupos animalistas, con su enorme capacidad de movilización social para influir en la política. Estamos ante el primer envite animalista contra el mundo de las exposiciones caninas. Tras la coartada de los riesgos para la salud de la morfología aberrante, como la denominan estos grupos (angulaciones exageradas, cara corta, pliegues cutáneos) se haya una censura implícita a la cinofilia. La desaparición de los hipertipos podría terminar en la desaparición del perro de raza pura. El hipertipo no es la búsqueda intencionada de una anormalidad por el criador, es el resultado de la selección de un fenotipo concreto, donde se resaltan las características que hacen a una raza singular en relación a otras y a un sujeto concreto singular en relación a otros sujetos de su misma raza. Las asociaciones caninas han aceptado que el hipertipo se asimila a una condición patológica en la medida en que se le atribuye potencialmente un carácter perjudicial para el bienestar del perro. En informática diríamos que nos han colado un troyano que terminará por resetear el sistema. EXPOSICIONES CANINAS, UN MODO DE EXPLOTACIÓN ANIMAL ¿Son éticas las exposiciones caninas? Las sociedades caninas han comprendido que la exhibición de perros puede ser considerada un modo de explotación animal. La FCI en sus reglamentos añadió recientemente que “los expositores son responsables del bienestar de sus perros en una exposición canina internacional. La violación de estas reglas implicará su exclusión del espectáculo y de cualquier otro evento de la FCI”. Tanto Francia como Inglaterra han dictado normas para regular las exhibiciones y competiciones de mascotas garantizando que no perjudiquen su salud. Pero esto no es suficiente para el movimiento animalista. Considera que criar y exponer perros representa otra variante de la explotación animal, similar a la caza o el toreo. Los activistas por los derechos de los animales ya se han pronunciado sobre las exposiciones como perjudiciales para el bienestar animal. Las consideran condenables por estimular la endogamia que produce cachorros poco saludables y crea una jerarquía de sementales que incrementan las enfermedades endogámicas; por someter los perros a fuerte estrés durante la preparación para salir al ring; por favorecer que los perros de los refugios no sean adoptados al crear el mito del perro de lujo, etc. Denuncian que las exposiciones crean una cultura basada en la crianza, exhibición y venta de perros, lo que consideran una manipulación contraria a la ética. Además, cada periodo de tiempo crea la moda determinadas razas, incrementado los problemas genéticos de sus ejemplares por una cría intensiva ante la demanda excesiva. Prohibir las exposiciones caninas está en el proyecto de todos los grupos animalistas. LA BATALLA CONTRA EL PERRO DE UTILIDAD Se puede argumentar que siempre le quedará a la cinofilia regresar a sus orígenes y seleccionar en función de la utilidad, como hacían los pioneros. Pero contra el perro útil, el perro de trabajo, sea caza o deporte, incluso guía de invidentes, también está armándose el colectivo animalista. En todos los países democráticos se han creado en los último años partidos políticos animalistas. En España el “Partido Animalista contra el maltrato animal (PACMA)”, en Alemania el “Partei Mensch Umwelt Tierschutz (PMUT)”, en Holanda el “Partij voor de Dieren (PvdD)”, en Portugal el “Pessoas Animais Natureza, PAN”, en Francia el “Parti animaliste (PA), en Inglaterra el “Animal Welfare Party británico (AWP)” Todos ellos están creando una nueva ideología, un sistema de ideas políticas que sitúa a los animales en un plano igualitario con los humanos. Si hasta hace unas décadas el animalismo era “bienestarista”, luchaba por mejorar la calidad de vida animal en las granjas, hoy sus preceptos son “abolicionistas”, prohibir toda explotación animal y aquí se incluyen las exposiciones caninas. Entre sus propuestas, la abolición de la caza, de las corridas de toros, de la hípica y los hipódromos, de las carreras de galgos, de la ganadería, convertir los zoológicos en santuarios y evitar la explotación mediante las exposiciones caninas. Aunque las exigencias varían todavía de unos a otros países, todos coinciden en un rechazo al especismo (discriminación de otras especies por los humanos) y en afirmar que un animal no debe ser considerado un objeto que se puede poseer, vender, exhibir, explotar y usar en actividades de ocio como las exposiciones caninas. Estos movimientos animalistas han contado con pensadores filósofos, juristas, antropólogos, que sustentan su filosofía desde hace décadas. En la actualidad el movimiento animalista considera que ya han logrado el control ético de la sociedad en su relación con los animales. Tienen de su parte a una inmensa mayoría de la población, a los medios de comunicación y a los partidos políticos tradicionales. Y el veganismo es más que una moda. La nueva batalla que han emprendido es la creación del “animal político”, el animal con derechos sociales. Pensadores como Jason Hribal (Los animales son parte de la clase trabajadora) Bob Torres (La economía política de los derechos de los animales) o la propuesta de Sue Donaldson, activista vegana, y Will Kymlicka, filósofo, en “Zoopolis", es crear una sociedad de animales y humanos en igualdad de derechos, mediante leyes que otorguen un estatuto jurídico al animal idéntico al del ciudadano humano. Un rápido paseo por el capítulo de sus exigencias sorprenderá a quienes no conocen estos movimientos filosófico-políticos. 1.- Los ciudadanos no-humanos gozarán de los mismos derechos que los ciudadanos humanos. 2.-La libre circulación y uso de los espacios públicos estará garantizado a cualquier ciudadano sea humano o no-humano. 3.- El derecho a ser protegido por el estado, incluso por medio de la fuerza ejercida por la policía, será igual para el ciudadano humano y el no-humano. 4.- El trabajo debe entenderse como una contribución libre a la comunidad. Por tanto, no podrá obligarse a ningún ciudadano no-humano a trabajar, y por ello su aportación laboral será siempre voluntaria. 5.- Se garantizará el derecho a la salud de los ciudadanos no-humanos en las mismas condiciones que reciban los ciudadanos humanos. 6.- El derecho a la libre sexualidad y la reproducción estará garantizada para los ciudadanos no-humanos, que no podrán ser obligados a reproducirse si no es su deseo. Hoy, la relación entre el hombre y el animal, forma parte de los grandes debates éticos y adelanta las dificultades que se presentarán en los próximos años al futuro de la cinología. A partir del postulado de que el perro de exposición es utilizado por la prepotencia y necesidad de notoriedad de su propietario, es fácil prever futuras disposiciones legales que prohíban las exposiciones caninas al considerarlas un modo de explotación animal. Hasta el lenguaje ha cambiado. Cuando yo empezaba en el mundo del perro la integración del perro en la vida familiar se obtenía mediante el adiestramiento. Hoy esta palabra está erradicada del vocabulario, al perro se le “educa”, como al niño. El adiestramiento tenía como fin dominar al perro, implicando una subordinación. Era una relación asimétrica entre el hombre y el perro (dominante/dominado) Hoy el “educador canino” nos dice que la relación se ha de sustentar de igual a igual, mediante un apego recíproco imbuido de amor. Y nos educa a nosotros sobre las habilidades expresivas no verbales del perro, para que aprendamos a leer sus sentimientos de alegría, angustia o miedo. PREGUNTAS QUE TE HARÁN LOS ANIMALISTAS ¿Qué derecho tienes a decidir cuándo y con quien debe aparearse tu perro? ¿Qué derecho tienes a comerciar y enriquecerte vendiendo sus hijos? ¿Qué derecho tienes a modificar su aspecto mediante la peluquería, el acicalado, el corte de pelo? Ya hemos logrado que no puedas mutilarlo a tu antojo contando sus orejas o cola. ¿Qué derecho tienes a someterlo a penosos desplazamientos, mantenerlo encerrado en un trasportín, y sacarlo atado a un ring, obligándole a competir con sus semejantes? ¿Qué derecho tienes a satisfacer tu vanidad al fotografiarte sujetando a tu perro como si de un trofeo se tratase o un botín de guerra, mientras sostienes en la otra mano la copa por la que le has sometido a tanto sufrimiento? ¿Qué derecho tienes a que cualquier raza evolucione para tu satisfacción, hacia una morfología y aptitudes diferentes de su disposición natural, por capricho de las modas que le dan un alto valor monetario agregado del que te vas a favorecer? LOS POLÍTICOS, OTRO PROBLEMA “¡Un acuerdo histórico! Fin de la venta de mascotas en tiendas, control sobre la cría de perros por particulares, esterilización obligatoria de machos y hembras, fin de las exposiciones de perros y gatos… Todos los diputados del Parlamento llegan a un acuerdo inesperado para erradicar el maltrato animal en un texto legislativo histórico a favor de la condición animal”. Titulares como el precedente serán pronto comunes en toda Europa. Los movimientos animalistas dicen proteger a los perros y los gatos… ¿quién nos protege a nosotros de los animalistas? El final de las exposiciones caninas y la muerte de la cinología está próximo. Empieza a buscar otra afición. El coleccionismo de sellos dicen que es muy divertido.
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AutorClub Español del Terranova Archives
Mayo 2023
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